Es el caso Sergio Massa, todavía no explicado del todo. El líder del Frente Renovador se quejó el mes pasado en TN de haber recibido un incremento de cinco veces y pagado por el gas 8700 pesos. Pero el problema había sido, además del tarifazo, el consumo de los Massa, que venían de necesitar por el dócil otoño de 2015 sólo 766 metros cúbicos, 24% menos que un año antes, cuando el medidor registró 1004 m3.
El desenlace fue previsible. Ese ahorro de entonces, que les valió una factura de apenas 31 centavos por m3 -un quinto de los 1,5 pesos de 2014- se convirtió en pesadilla este año, cuando la temperatura los obligó a encender la estufa y consumieron 1170 m3, un 53% más. Resultado: con tarifa más cara y mayor consumo, Massa subió varias escalas y pagó $ 5,20 por m3. Es el aumento que les mostró esa noche a los Leuco. "Malena me mandó la factura de gas que llegó a casa. Me causó gracia porque me dijo: 'Voy a tener que salir a yirar'", sonrió en el estudio.
Los usuarios que han quedado en esa situación son un 25%. Pero el Gobierno intentará que no vuelva a pasar: en los 12 primeros meses pondrá topes para esos casos. En paralelo, el plan dispone que el precio mayorista del gas se fije según el costo de la importación más cara, que son los barcos que llegan a Escobar y Bahía Blanca. Esa medida supone subir el precio a US$ 7 el millón de BTU, es decir, 55% más que los US$ 4,5 que habían fijado los aumentos que detuvo la Corte.
Esa modificación será la más controvertida de todas, porque el tribunal resolvió que también fuera sometida a audiencia. Un cambio significativo que saltea la histórica diferencia entre tarifa, que se aplica a los servicios regulados, y precio, determinado por el mercado. No por nada esta crisis le sumó a la Casa Rosada una sorpresiva decepción: Ernesto Sanz, el hombre en quien Macri confiaba para hacerle entender estas cuestiones a la Corte por sus vínculos con Ricardo Lorenzetti.